Lo único que pasa es que el hombre quiere que la mujer haga todo que tenga que ver con la casa y la mujer que lo haga todo el hombre con respecto a la casa.
En conclusión si entre la mujer y el hombre se repartiesen la mayoría de las tarea de la casa no tendrían que pelearse ni acabar destrozados, incluso terminarían mucho antes que si lo tuviese que hacer uno solo.